A veces me entran unas ganas locas de empezar a teclear sin sentido, sólo por el placer que provoca presionar las teclas cuándo uno ya tiene suficiente práctica como para escribir sin mirar (mucho).
Hoy he estado leyendo uno de los varios libros que me traje de Baires, lo he disfrutado muchísimo porque me siento muy identificada con ese señor.
"Ese señor" es Jorge Lanata, un escritor y periodista argentino que me presentaron por allá en el segundo o tercer semestre de la universidad, cuando me mostraron Deuda, un documental suyo.
Lanata es un tipo amado u odiado por sus coterráneos, según entiendo, sobre todo porque viene a ser el Michael Moore argentino, y a esos gorditos barbudos polémicos e irreverentes o se les ama o se les odia.
Decía que me indentifico, porque el pana agarró sus notas desde hace 10 años - escritas en servilletas, diarios, hojas sueltas- y las empastó en un libro que lo muestra bastante desnudo, en un sentido muy figurado. Gracias a Dios.
La cosa es que resulta que ese señor que algunos consideran un duro, que ha fundado dos diarios y mantuvo un programa radial muy popular por no sé cuántos años, tiene (o tuvo) las mismas dudas y los mismos miedos que yo. Escribió mucha incoherencia que creyó que sólo le importaba a él, y nunca se imaginó que una jevita caraqueña, a sus 23 cortas primaveras, se iba a encontrar un domingo de abril acostada en su cuarto leyéndolo. Y entendiendo. Al menos eso creo.
Salvando las distancias -digamos que no me codeo con Charly García, ni entrevisto a Cortázar, ni me meto cocaína, ni fundo diarios, ni crezco en un pueblito argentino bajo la dictadura- este pana pudo haber tenido un blog como éste.
Quizá si esta bitácora dura 10 años, yo podría convencer a algún editor loco (bajo los efectos de la burundanga) que me publique un libro recopilando las locuras y sinsentidos que plasmo acá cuando me place.
Quizás no, pero aún es muy pronto para saberlo.
Hoy he estado leyendo uno de los varios libros que me traje de Baires, lo he disfrutado muchísimo porque me siento muy identificada con ese señor.
"Ese señor" es Jorge Lanata, un escritor y periodista argentino que me presentaron por allá en el segundo o tercer semestre de la universidad, cuando me mostraron Deuda, un documental suyo.
Lanata es un tipo amado u odiado por sus coterráneos, según entiendo, sobre todo porque viene a ser el Michael Moore argentino, y a esos gorditos barbudos polémicos e irreverentes o se les ama o se les odia.
Decía que me indentifico, porque el pana agarró sus notas desde hace 10 años - escritas en servilletas, diarios, hojas sueltas- y las empastó en un libro que lo muestra bastante desnudo, en un sentido muy figurado. Gracias a Dios.
La cosa es que resulta que ese señor que algunos consideran un duro, que ha fundado dos diarios y mantuvo un programa radial muy popular por no sé cuántos años, tiene (o tuvo) las mismas dudas y los mismos miedos que yo. Escribió mucha incoherencia que creyó que sólo le importaba a él, y nunca se imaginó que una jevita caraqueña, a sus 23 cortas primaveras, se iba a encontrar un domingo de abril acostada en su cuarto leyéndolo. Y entendiendo. Al menos eso creo.
Salvando las distancias -digamos que no me codeo con Charly García, ni entrevisto a Cortázar, ni me meto cocaína, ni fundo diarios, ni crezco en un pueblito argentino bajo la dictadura- este pana pudo haber tenido un blog como éste.
Quizá si esta bitácora dura 10 años, yo podría convencer a algún editor loco (bajo los efectos de la burundanga) que me publique un libro recopilando las locuras y sinsentidos que plasmo acá cuando me place.
Quizás no, pero aún es muy pronto para saberlo.
3 comentarios:
Marika vente pa acáaaaaaa! aquí TE ASEGURO que te publican negra!
No te menosprecies mi perfect. Mira que en este blog hay mucho material que debería ser editado,
abrazo halagador
Nena, si te gusta Lanata, en este preciso instante sale para tu correo un regalito!
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