Escribir en papel es raro, es como vintage. Supongo que hay gente que aún lo hace con regularidad, pero yo no.
Mas allá de las "to do lists" y los apuntes que tomo en reuniones de trabajo, casi nunca me encuentro de frente a una hoja de papel.
Ahora mismo escribo en mi cuaderno de trabajo mientras espero a un amigo y me tomo un café. Lo que me motivó (además de aquello de matar el tiempo) fue que hoy por primera vez en años tuve que escribir (del verbo semecansalamuñeca) y descubrí que mi caligrafía se ha perdido y que inconscientemente busco la tecla suprimir para borrar, y la barra espaciadora entre palabra y palabra.
Es un ejercicio algo frustrante enfrentarse a una hoja blanca de verdad, una que salió de algún árbol del Amazonas, y no mi amiga de siempre, la que tiene una barrita que titila en la esquina superior izquierda.
No puedo bajar los párrafos, ni insertar un adjetivo que se me ocurre tardíamente, porque en cuestión de segundos mi hoja se convierte en un patuque de tachones, asteriscos y flechitas. Además, como ya dije, se me cansa la mano y me desagrada la sensación de "mojar" la página con el sudor que genera mi mano irremediablemente, luego de las primeras 10 líneas.
Sin embargo, me gusta el cuadro romántico que ahora represento. En un café lleno de gente, sentada sola, con mi taza humeante y espumosa de marroncito, concentrada en mi trabajo.
Otra cosa, acabo de darme cuenta que quisiera poner trabajo y marroncito en itálicas, y eso acá tampoco se puede.
Frente a mi hay dos hombres mayores, uno fuma pipa (por increíble que parezca) y me miran con curiosidad, lo noté ahora que subí la mirada y uno de ellos hizo un gesto huidizo, el clásico desvío de mirada que hacemos cuando nos pillan mirando al otro sin necesidad.
Iniciar las frases me cuesta, puede deducirse porque los tachones de este texto están casi todos a la izquierda, luego de un punto y aparte.
Me gustan mis ges y mis íes griegas, les hago un rabito tierno. Separo las eles y las tes del resto de la palabra aún cuando escribo en cursiva, eso no lo recordaba. Aprendí a hacerlo de grande, para imitar la caligrafía de mi madre. Me parecía que eso era de gente grande, porque la clásica ele gordita se ve siempre muy infantil. Como siempre yo, desesperada por ser y parecer más adulta de lo que en realidad soy.
Sé que esto va a perder sentido cuando lo digitalice, se desvanecerá toda la personalidad de este escrito. Es triste pero sirve como buena analogía de lo que nos ha hecho la industrialización.
En fin, lo único que me queda claro luego de esto es que nunca aprendí a hacer la ere cursiva, y que escribo horrible, literalmente. Pero es reconfortante este dolorcito en la mano, y los dedos entumecidos como garra, que deben ser señal de que no agarro el lápiz debidamente.
Me pregunto ¿cuantos caracteres llevaré en estas 6 medias cuartillas manuscritas?.
Dejen que transcriba y se los digo con un update.
Mas allá de las "to do lists" y los apuntes que tomo en reuniones de trabajo, casi nunca me encuentro de frente a una hoja de papel.
Ahora mismo escribo en mi cuaderno de trabajo mientras espero a un amigo y me tomo un café. Lo que me motivó (además de aquello de matar el tiempo) fue que hoy por primera vez en años tuve que escribir (del verbo semecansalamuñeca) y descubrí que mi caligrafía se ha perdido y que inconscientemente busco la tecla suprimir para borrar, y la barra espaciadora entre palabra y palabra.
Es un ejercicio algo frustrante enfrentarse a una hoja blanca de verdad, una que salió de algún árbol del Amazonas, y no mi amiga de siempre, la que tiene una barrita que titila en la esquina superior izquierda.
No puedo bajar los párrafos, ni insertar un adjetivo que se me ocurre tardíamente, porque en cuestión de segundos mi hoja se convierte en un patuque de tachones, asteriscos y flechitas. Además, como ya dije, se me cansa la mano y me desagrada la sensación de "mojar" la página con el sudor que genera mi mano irremediablemente, luego de las primeras 10 líneas.
Sin embargo, me gusta el cuadro romántico que ahora represento. En un café lleno de gente, sentada sola, con mi taza humeante y espumosa de marroncito, concentrada en mi trabajo.
Otra cosa, acabo de darme cuenta que quisiera poner trabajo y marroncito en itálicas, y eso acá tampoco se puede.
Frente a mi hay dos hombres mayores, uno fuma pipa (por increíble que parezca) y me miran con curiosidad, lo noté ahora que subí la mirada y uno de ellos hizo un gesto huidizo, el clásico desvío de mirada que hacemos cuando nos pillan mirando al otro sin necesidad.
Iniciar las frases me cuesta, puede deducirse porque los tachones de este texto están casi todos a la izquierda, luego de un punto y aparte.
Me gustan mis ges y mis íes griegas, les hago un rabito tierno. Separo las eles y las tes del resto de la palabra aún cuando escribo en cursiva, eso no lo recordaba. Aprendí a hacerlo de grande, para imitar la caligrafía de mi madre. Me parecía que eso era de gente grande, porque la clásica ele gordita se ve siempre muy infantil. Como siempre yo, desesperada por ser y parecer más adulta de lo que en realidad soy.
Sé que esto va a perder sentido cuando lo digitalice, se desvanecerá toda la personalidad de este escrito. Es triste pero sirve como buena analogía de lo que nos ha hecho la industrialización.
En fin, lo único que me queda claro luego de esto es que nunca aprendí a hacer la ere cursiva, y que escribo horrible, literalmente. Pero es reconfortante este dolorcito en la mano, y los dedos entumecidos como garra, que deben ser señal de que no agarro el lápiz debidamente.
Me pregunto ¿cuantos caracteres llevaré en estas 6 medias cuartillas manuscritas?.
Dejen que transcriba y se los digo con un update.
UPDATE: fueron 2918 ;)
7 comentarios:
JAJAJAJAJAAJAJAJA "es como vintage" JAJAJAJAJAJA por eso es que te amo mi amor...
Lo de "vintage" te quedó del carajo.
Estoy de acuerdo con todo lo que escribes. Físicamente se nos ha hecho doloroso escribir a mano por el simple hecho de que la computadora se nos convirtió en otra extremidad. Recuerdas cuando escribíamos en nuestros cuadernos en el liceo durante toda la mañana y no nos cansábamos? Cuestión de costumbre. Pero me atrae lo "artesanal" de escribir a mano. Me tripeo los tachones, las flechas y los comentarios que suelo poner en vertical cuando escribo en un cuaderno. Ahora que veo uno de estos escritos míos con ese poco de garabatos la vaina hasta puede terminar siendo una obra de arte abstracto. En eso se nos ha convertido escribir a mano: en algo artístico.
abrazo en analógico
me reflejaste perfecto todo lo que sentias en el cafe! perfecta descripcion... perfecta como tu..
Yo creo que deberías scannear lo que escribiste para verlo, solo para ver si es como me lo imaginé.
Debo aceptar que me encanta escribir en papel, En una hoja de las de la derecha del cuaderno, con lápiz, bueno portaminas 0.5 (el 0.7 es muy oscuro) y con títulos en unos marcadores finitos que tengo que me encantan.
Lo mejor de escribir en papel es cuando alguien de verdad se dedica a escribirme algo en papel, como antes, asi vintage como dices tu, pero con esa personalidad que solo tiene una carta escrita a mano.
Hoy justo pensaba lo mismo. Me hicieron esperar dos horas en un lugar, y lo único que tenía en la cartera para entretenerme era la agenda y un lápiz, sin embargo a diferencia de ti, fui incapaz de escribir algo a mano, y venía a casa con la idea de escribir algo al repecto, porque más allá del rayón y múltiples tachones del comienzo, no logre nada en el papel... En fin... tu hiciste mi post por mi! y me alegra porque quedo genial con la escena old fashion del cafe!
Suscribo la idea de escanear el texto completo...
Hace poco me re-encontré con la ecritura (del verbo vintage) gracias a mi hija y a su afán de querer garabatear mi nombre, su nombre, el nombre de su madre y el del pana que tiene en frente. Me dice: "¿Cómo se escribe Génesis?" y yo voy y se lo coloco en una hoja de papel. Luego ella procede a imitar mi escritura... no saben lo rico que se siente eso!!!
Lamber, lamber, lamber...
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