Maldito sea mil veces el sexto sentido.
Malditas sean las certezas. Esas que te invaden en el momento más inesperado. Esas que intentas ignorar con todas las fuerzas de tu ser, pero están ahí para bien o para mal.
Maldita sea Lena, que me convenció hace mucho tiempo de que las mujeres -todas- tenemos algo de brujas.
Maldito sea el pana de la "chemis" de rayas blancas y anaranjadas que me advirtió de todo a las 10:30 pm.
Maldita sea esta canción, que me confunde las historias de la mala manera.
Maldito. Maldito. Un millón de veces.
Así no se puede hacer cine.
Ni vida.
Ni historias.
Ni yo.
Ni nada.
Ojalá... ojalá.
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