Al que lee siempre, aunque nunca comenta
Señoras y señores - porque señoritas no quedan en mi entorno-, a escasos minutos de finalizar mi experimento psico-socio-emocional puedo gritarle al mundo que tengo fuerza de voluntad.
- No ha pasado ni una gota de alcohol por mi garganta desde la madrugada del sábado pasado.
- El toque de queda físico se cumplió a cabalidad hasta el jueves, porque el viernes salí a cenar, pero llegué a casa a las 10, así que no es tan grave.
- El toque de queda virtual también se cumplió casi perfectamente, salvo por hoy que me fui a hablar por teléfono poco antes de las 10 y cuando volví ya eran las 10:15 y tenía una ventana titilante de messenger, era el dulce abrillantado diciéndome falsa y mentirosa, porque aún seguía conectada.
- El fin de semana fue de cine y teatro. Muy culturoso, muy entretenido, y muy zanahoria. Lo único es que ya no podré beber Coca Cola por meses, me hastié.
Los resultados aún estoy analizándolos. Físicamente fueron bastante obvios. Estuve más despierta y activa, me costaba menos levantarme en las mañanas. Supe lo que era levantarse antes de medio día en fin de semana, y sin resaca. Eso ya es bastante.
En lo emocional tuve ayuda para analizar. Este blog resultó ser una libreta de psicoanalista. Y Gtalk me facilitó casi tres horas de terapia, gratis.
Descubrí que sí tengo fuerza de voluntad, porque hubo un par de tentaciones que supe resistir. Pero también me quedó claro que no me sirven los extremos. A veces se necesita una cerveza para digerir mejor ciertos asuntos.
Yo no soy la clase de persona que puede estar en un local nocturno sin tomar -llámenme alcohólica si les provoca-, así que a fines de mantenerme en mis cabales y no enloquecer de encierro, debo salir de noche y eso significa beber un poco.
Poco a poco iré encontrando mi equilibrio. Y mi lugar. Está visto que no me falta ayuda. Trataré de "encontrarme" de una u otra forma. Sé que suena ridiculísimo, pero es que así lo dicen en las novelas y yo crecí en este país.
Por el momento seguiré planteándome cosas. A pesar de lo mal que me puedan hacer sentir.
Tengo que hacerlo porque alguien me dijo que "se lo debo al resto que no son capaces de sentir lo mismo que yo".
En lo emocional tuve ayuda para analizar. Este blog resultó ser una libreta de psicoanalista. Y Gtalk me facilitó casi tres horas de terapia, gratis.
Descubrí que sí tengo fuerza de voluntad, porque hubo un par de tentaciones que supe resistir. Pero también me quedó claro que no me sirven los extremos. A veces se necesita una cerveza para digerir mejor ciertos asuntos.
Yo no soy la clase de persona que puede estar en un local nocturno sin tomar -llámenme alcohólica si les provoca-, así que a fines de mantenerme en mis cabales y no enloquecer de encierro, debo salir de noche y eso significa beber un poco.
Poco a poco iré encontrando mi equilibrio. Y mi lugar. Está visto que no me falta ayuda. Trataré de "encontrarme" de una u otra forma. Sé que suena ridiculísimo, pero es que así lo dicen en las novelas y yo crecí en este país.
Por el momento seguiré planteándome cosas. A pesar de lo mal que me puedan hacer sentir.
Tengo que hacerlo porque alguien me dijo que "se lo debo al resto que no son capaces de sentir lo mismo que yo".
Uff... y yo que pensé que ya había llegado a mi límite de intensidad.
Engañada que soy.
Engañada que soy.
1 comentario:
nada es absoluto (ni siquiera lo que acabo de escribir)
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