31.7.09

Una frase fue todo lo que hizo falta

Al pseudoLorenzo, porque mientras estuvo yo fui Lucía
Y me gustó


Quiero insistir con mi teoría positivista que afirma que ciertas personas llegan a nuestras vidas como pequeñas apariciones especiales (con un objetivo específico), otras se quedan algunas temporadas (para ayudarnos a resolver o entender algo) y otras se quedan para siempre (porque se convierten en parte de lo que somos).

También me gusta creer, romántica solapada como soy, que los ciclos se cumplen y que hay señales que nos indican el camino. A veces esos ciclos y señales son cosas muy complicadas que no vemos hasta que han terminado de pasar, y otras veces está clarísimo cuando empiezan o terminan.

Desde hace un año tengo un pequeño recordatorio pegado al corcho de mi pared, como si hubiera sido posible que se me olvidara cierta fecha. Como si no hubieras sido tú solito una marca indeleble en mi calendario.

A mi me gusta hablar demasiado, eso lo sabemos. Pero casi siempre tengo problemas para escuchar a los demás. Entonces pasa que me descubro repitiendo los mismos consejos que me han dado a mi, y que yo misma no he sabido escuchar. Egocéntrica como soy, parece que no hicieran eco hasta que los escucho en el sonido de mi propia voz.

He decido entonces dejar plasmada esa pequeña cuota de sabiduría acá, donde pueda escucharla de nuevo cada vez que sea necesario.

El asunto es este: Está en nuestras manos, sólo en nuestras manos, lograr lo inolvidable. Y para ello es necesario arriesgarse.

Es como entrar al mar. Nunca he entendido esa absurda manera que tiene la gente de mojarse por partes, evitando el frío y alargando el sufrimiento del agua helada. No, señores, no!. Hay que lanzarse de cabeza, sin pensarlo. Cuando estés completamente empapado, ya no sentirás frío. Creánme, lo he comprobado.

Una vez hace un año, me lancé de cabeza. Parecía una tontería en su momento, pero sin darme cuenta estaba cambiando en ese preciso instante.

Cambié para entender que a veces un simple gesto (sonreír, saludar, actuar) te abre las puertas a un instante que atesorarás, sino por siempre, al menos por un buen tiempo.

Ya lo dije una vez, hay gente que no sabe el impacto que causa en tu vida. Así sean dos días perdidos en algún julio tropical. Con un desconocido que permanecerá así por siempre.

8 comentarios:

Luis Enrique Medina dijo...

Una sonrisa es una llave que abre casi cualquier puerta! Buen post, me sentí identificado. Saludos!

Juniper Girl dijo...

Totalmente cierto... nunca sabes que se quedará en tu memoria, que momento será inolvidable...

Sophie dijo...

...You make me think!

Mario dijo...

El primer parrafo es la leche. LA LECHE.

Victor Marin Viloria dijo...

excelente mi perfect!

tienes toda la razón en lo que escribes. y, como dijeron arriba, el primer párrafo te quedó simplemente mágico!

(yo también me tiro de una cuando voy a la playa)

abrazo chapuzón

Briks dijo...

hay veces que me olvido lo maravillosamente bien que escribis

y es cuando de un cachetazo "textual" me pones en mi sitio

Gracias

La Perfecta dijo...

Con este post quiero empezar una "nueva etapa" en la que respondo comentarios.
Nunca lo hice, y he descubierto en otros blogs que me encanta cuando el autor responde.
Así que lo intentaré.
Ahí vamos...

La Perfecta dijo...

Luisme: si todo el mundo aprendiera a usar las sonrisas como llaves, este sería sin duda un mundo mejor

Juniper: me encanta que me den la razón ;)

Sophie: si hago pensar a algún lector, estoy logrando mucho más de lo que esperaba con este cuadernito! No sabes el impulso que me das!

Link: La leche es también una muy buena banda de rock venezolana

Vic: no hubiera dudado ni por un segundo que tu eras de los que se lanzaban de una en la playa. Abrazo emparamado!!

Brik: a mi a veces se me olvida que vos conjugás los verbos tan bonito. Tu acento es tmb una cachetada, pero romántica :)