21.2.10

A mi (rubia) monstra comegalletas

Quiero que sepas que estoy aquí. Siempre. Tan incondicional como aquella pavosa canción de Luis Miguel.
Quiero que sepas que cuando hago cuentas creo que me he reído contigo más que con cualquiera en los últimos años. Contigo comparto las carcajadas inocentes que aún me quedan, las risotadas infantiles que refrescan el alma y el espíritu, si no es que son lo mismo.
Quiero que sepas que nuestras diferencias me alimentan, como pocas cosas en esta vida. Que nos complementamos, más que Tom Cruise y Renée Zellweger en aquella -también pavosa- película romántica.
Quiero que sepas que cuando cantas, sobre un escenario o en el baño, entiendo lo que es el orgullo materno, ese ufanarse de algo que no es de uno pero como si lo fuera.
Y cuando pataleas insoportablemente con alguno de tus caprichos - como una niña chiquita que pide una galleta- entiendo la paciencia materna, que permite controlar el impulso de asesinar a una pequeña criatura sólo porque es tierna y adorable. Tú sabes que yo soy muy maternal.
Quiero que sepas que te adoro. Que ya no me imagino una historia en la que tú no estés. Así sea a un océano de distancia.
Quiero que sepas que estoy aquí. Para ti. Siempre

1 comentario:

Michelle Durán dijo...

Oh , pero si andamos romaticas por aquì.
Bueno, yo sòlo dirè que no hay cosa que me parezca màs sexy que un chico tcando guitarra .
Si el tuyo es de esos, que envidia te tengo .. jaajjaja.
Saludos perfecta.