27.1.08

¿Y ahora qué?

Es muy raro esto de los cierres, el fin de un ciclo, los finales en general. A uno le queda la sensación de estar como “pajarito en grama”, o por lo menos a mi.
Cuando algún ciclo de mi vida se termina, inevitablemente quedo preguntándome: y ahora qué?
.-¿Qué carajo hago con esta incomodidad todos los meses? (cuando comencé a recibir “la visita” de cada mes)
.-¿Y qué hago ahora que mi mami no está en el cuarto de al lado, ni siquiera en la misma ciudad? (cuando tocó “volar del nido”, con apenas 16, y venir a esta ciudad hermosa pero enorme y desgraciada)
.-¿Y qué hago ahora que mi vida se derrumba (fatalismos post-adolescentes) porque esta relación se terminó? (cuando, o mejor dicho, cada vez que termina un noviazgo y/o similares)
Todas las veces me pareció que era el fin del mundo, que sufriría horrores el proceso de adaptación y nunca terminaría de hallarme a mí misma dentro de esa nueva situación.
Sin embargo, también todas las veces, muy en el fondo sabía que no todo estaba tan mal y que junto con el cambio vendrían nuevas y emocionantes cosas que en poco me harían olvidar las anteriores, y ya ni me daría cuenta que había cerrado un ciclo y dejado una parte de mi vida atrás.
Pero desde ayer, la sensación es distinta y mucho más abrumadora. Terminó la que hasta ahora había sido la mejor y más significativa de las etapas que he vivido, y no me queda sino un vacío raro en la boca del estómago (bueno, me quedó el título también, pero ese no es el caso) y unas ganas locas de retroceder en el tiempo y vivirlo todo de nuevo, pero mejor.
Sé que es tonto, y que ya no hay cabida para arrepentimientos, pero si pudiera, haría algunas cosas de diferente manera. No hubiera gastado tiempo valioso con algunos que al final demostraron no merecerlo, y en cambio hubiera intentado dejar mis temores y prejuicios para aprovechar a otra gente que resultó ser mejor (más inteligente, más divertida, más sensible, más como yo). Pero como el hubiera no existe, solo resta hacer el recuento de lo bueno y aferrarse a ello para borrar todo lo demás.
Sepan que con algunos de ustedes quiero seguir en contacto por el resto de mi vida, con otros quiero pero sé que no se podrá. A otros no los veré más y, la verdad, no me importa.
Siempre he dicho que soy demasiado dura con la mayoría de la gente, y demasiado blanda (o pendeja) con los que me importan. Entonces entiendan esto tal cual como quiero decirlo:
ME DUELE DEMASIADO DESPEDIRME DE ALGUNOS, ME DUELE AÚN MÁS QUE OTROS NI SIQUIERA SE HAYAN DESPEDIDO DE MI, Y ESPERO QUE A UNOS CUANTOS LES DUELA TODO, POR HABERME HECHO PERDER EL TIEMPO.
Perdón por lo largo, y por lo cursi… y por lo sinsentido. Pero es que en serio tengo miedo porque no se que es lo que hay delante de mi, y tengo rabia porque hasta ahora vengo a saber qué tan bueno era lo que tenía hasta hace nada.

1 comentario:

hijo dijo...

mejor tag para esta entrada sería impensable... más incoherente, imposible.

los q no nos despedimos de ti es porque volveremos a jalarte las patas despues de muertos.

y sí... me incluyo. un besote