21.8.11

30 libros. Día 7. Uno muy divertido.

Recomendamos , según la indicación correspondiente, un libro por día.

Más respeto, que soy tu madre, o Weblog de una mujer gorda



El Zacarías se colgó de Direct TV, haciendo un enredo en los techos de Schafetti, y ahora agarramos como ochentaisiete canales.

Lo bueno es que se pueden ver cintas que hasta hace un mes pasaban en los cines del centro, y lo malo es que hay un canal, el 52, que lo tenemos que pasar rapidito porque la Sofi está en la edad que se quiere enterar de todo.

Pero no todo podía ser felicidad. Este mediodía estábamos mirando un canal de documentales y al Caio no se le ocurre mejor cosa que decir que el porro es más sano que la tetrabrik: el Zacarías le dio un revés que le sacó sangre.

Está bien que mi marido es un bruto, yo no digo que no, pero el chico ¿qué necesidad tiene de buscarle roña al padre? Me dice la Emilia que es la edad: que cuando cumpla dieciocho se las toma y no le vemos más el pelo. La oiga Dios.



El libro más divertido de mi historia lo leí por partes, en internet, en una oficina que ya no me gustaba, escapándole a un trabajo que había dejado de hacerme feliz. Lo que leyeron arriba es el tercer capítulo.

Por esos días lo único que me quitaba las ganas de gritar y lanzarme por la ventana del piso 6 de esa torre de oficinas, era meterme de lleno en las aventuras diarias de una señora argentina graciosíma y madre de familia, que ocupaba sus tardes escribiendo una bitácora personal. Desde allí narraba las anécdotas de su familia mercedina y el día a día de los negocios, problemas familiares y demás actividades cotidianas, siempre en clave de humor y con sospechosa habilidad narrativa.

Pasado el tiempo se supo que la doña no existía, y su familia tampoco, y el que escribía los cuentos era un argentino desocupado que vivía en Barcelona y se le había ocurrido probar a escribir una historia, por capítulos, en primerísima (y falsa) persona, desde un blog.

Ahora los 200 capítulos de esa historia originalmente digital están editados como un libro, que se publicó en chorropotocientos países (menos Venezuela) y en muchos idiomas.

Así que aunque no consigan el libro, vayan al blog, les prometo que se van a reir a montones.
No importan los argentinismos (que además, a estas alturas ya están "traducidos") y tampoco importan algunas referencias culturales que capaz se nos escapan a nosotros los tropicales, en general es un humor universal y bien hecho, y cualquiera puede leerlo.

Algunas veces era tal el ataque de risa que me agarraba que mi jefa volteaba con mirada represora a ver en que cosas estaba ocupando mi tiempo, estaba claro que ninguna de mis responsabilidades era tan cómica como para hacerme carcajear. Luego, en una reunión de estatus, poco antes de que renunciara, me reprendieron por usar el tiempo del trabajo en leer "páginas de chistes". Incultos todos.

Este libro / blog lo recomiendo con vehemencia, igual que el resto de las cosas que ha escrito este señor, porque creo firmemente que la literatura no tiene que ser siempre una cosa formal y solemne, restringida a los que se saben palabras grandotas. También puede ser algo más cercano a lo que nos contamos todos los días, con palabrotas (que no es lo mismo que palabras grandotas) y gente que parece de verdad, como Mirta Bertotti, la protagonista.

Vayan y lean, pero si lo hacen desde el trabajo procuren no reirse muy duro, a menos que ya estén pensando en renunciar, como yo.



El libro más divertido que he leído me lo recomendó el tipo más divertido que conozco, y cada vez que tenga un chance le agradeceré con efusividad y públicamente el haberme presentado a uno de mis autores favoritos de todo el mundo mundial.
Por eso esta edición de mis #30libros, va dedicada a mi negri :)
Aunque no soporte las melcocherías y las caritas felices, que se lo aguante.
Bastantes cosas insoportables tiene él y de todas formas lo quiero



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