1.3.08

Sandeces

Te quiero.
Pero no malinterpretes. No es que “te quiero”, como al primer noviecito o como se quiere bonito. No.

Te quiero, posesivamente, materialistamente, o como te suene mejor.
Quiero tenerte, por un rato, o por un mes. Tú me dices.
Nunca como ahora he deseado posesión alguna, aunque suene a ninfómana, a loca con instintos persecutorios.

Porque te leo – sin querer- cuando pasas. Porque cuando estás ahí no veo nada más. Te escaneo y me desconcentro con la manera en que te mueves, como si no supieras que te observo. Pero, ¡joder! –así, bien globalizado- ¡no es posible ser más obvia en esta vida!

Te imagino, y nos imagino.
Es que se te nota. Seguro que todo lo que me estoy creyendo es incluso mejor. Qué mierda, pana.
Esto es hasta enfermizo. Porque te idealizo y me monto contigo en un altar dónde cada uno es perfecto para el otro. Que cantidad de pendejadas nos inventamos las mujeres.

Eso que exudas y mis ganas locas … todas tus formas y las mías, la ecuación perfecta según yo. El problema es que seguro raspaste matemáticas y física. Ja! como siempre: Murphy.

Estoy bien jodida.
Quiero que te largues, para no querer más – sí, ya se que sueno a balada pavosa de Arjona-.
Quiero que te vayas, para olvidar los cien momentos que nunca vivimos.
Para tenerte como un puto recuerdo que no existe. Porque no existí yo. Porque tú no quisiste. Y si quisiste no supe. Entonces da lo mismo.

Te quiero a ti. A lo que no eres. ¿A quién demonios le importa?

Ya no sé ni qué carajo es lo que quiero.


****
PD: Es curioso. Se me viene a la mente en este momento una frase clásica de mi sabia madre: Ten cuidado con lo que deseas.

1 comentario:

Mario dijo...

Y lo que quieres es lo que realmente necesitas y no necesitas lo que realmente quieres? lo comico es que dijiste mas adelante esto y me llamo mucho la atencion leerte antes con tu dilema de "querer"

Supongo que es mas complicado que eso.

Saludos.